Cuando, hace unos años, fui a la ciudad del Guadalquivir pasé por su Museo de Bellas Artes. Yo iba con una especie de casco mental en la cabeza que no me dejaba ver realmente la obra de este pintor. Que si inmaculadas, que si angelitos, que si anécdotas... Bastaron dos cuadros del maestro para que se me cayera toda la niebla: San Francisco abrazando a Cristo en la Cruz y La Virgen de la Servilleta. Me perdí en las miradas de los personajes, tan llenas de significados cruzados.
Ahora se le rinde tributo con una exposición que reúne obras traídas de todas partes del mundo. Un camino de vuelta a casa desde el injusto exilio de tantísimos cuadros que durará los meses que permanezca abierta.
Puede publicar nuevos temas en este foro No puede responder a temas en este foro No puede editar sus mensajes en este foro No puede borrar sus mensajes en este foro No puede votar en encuestas en este foro